Sus hojas son muy arómaticas y desprenden un aroma intenso, ligéramente terroso mentolado y cítrico.
Su sabor, una mezcla de clavos de olor, alcanfor, cítricos, con un toque fresco y picante, la hacen indispensable en muchos de nuestros platos.
El tomillo resiste largos tiempos de cocción, y desprende sus sabor lentamente, mezclándose léntamente con el resto de los sabores, aportando su sabor y aroma.
Es muy versátil, por lo que son incontables los platos a los que añadimos tomillo, destaca su utilización como complemento de las hierbas provenzales.
UTILIZACION.
- Aves
- Conejo
- Carnes
- Arroces.
- Verduras
- Potajes
- Pescados
- Caracoles
- Sopas
- Pastas
- Guisos de cocción lenta.
- Asados
- Salsas
- Cordero
- Caldos
- Ensaladas
- Aperitivos
Cuando vayamos a añadir tomillo a nuestros guisos, es recomendable hacerlo antes de la cocción, ya que como he mencionado, desprende su sabor y aroma léntamente.
El tomillo en las comidas combina especialmente mezclado con ajo, cebolla, albahaca, laurel y perejil, y si añadimos vino tinto, potenciará el sabor de este.
Es una especia muy versatil, mejora nuestras salsas, enriquece notablemente nuestros guisos y arroces, y es un excelente aromatizador de aceites, vinos y vinagres.
CONSERVACION.
SECO. Colgamos las ramas boca abajo sunjetándolas por su tallo en un lugar oscuro, y sin humedad, una vez que se haya secado, desmenuzamos sus hojas con las manos y las introducimos en un recipiente hermético.
De igual manera se pueden conservar seco en ramillete, el tomillo seco sigue conservando su ároma casi de la misma manera que fresco.
FRESCO. Sumergimos sus tallos en un recipiente con agua, dejándolo en un lugar en donde le dé luz para que sus hojas no amarilleen.
También podemos optar por conservar nuestro tomillo como planta aromatizadora, su cultivo es fácil, y siempre tendremos el tomillo fresquísimo.
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